Santos que
hablan: Obatalá, Oyá.
La persona
siempre está como la mariposa, buscando siempre donde posarse para buscar su
instinto.
Aquí fue donde
le mono vendió a Obatalá ante Olofin.
No sea
porfiado.
Cuídese de
fenómenos.
No reniegue ni
eche maldiciones.
Póngale
aguardiente a Olofin.
Cuídese de problemas judiciales.
Haga ebbó con
frutas y viandas.
A usted le
echan polvos.
Llévele carne
asada y aguardiente a Oggún al monte.
Vaya al monte
vestido de blanco con listas moradas. Aquí fue donde Oggún se vistió de morado.
Nunca esté muy
seguro de que puede ganar algo porque puede perder. No se confíe.
Cuídese de
problemas judiciales.
Póngale saraekó
a Obatalá.
Quieren
enmarañarle su vida.
No chupe
huesos.
Haga obras para
que afiance todas las cosas en su vida.
Historia donde
el perro y la jicotea porfiaban a ver cuál de los dos llegaba primero a la
meta. La jicotea hizo ebbó y preparó un hueso en marañas de hilo y lo puso en
el camino por donde tenían que correr. Cuando el perro encontró el hueso se
puso a roerlo pensando que le daría tiempo a comerse el hueso completamente y
así llegaría a la meta antes que la
jicotea. Pero se le enredaron las marañas de hilo en las patas y no se pudo
desenredar, llegando la jicotea primero a la meta y de esta forma el perro
perdió la apuesta.
Historia de la
mariposa que desobedeciendo a Orula se fue para la ciudad y los muchachos
empezaron a cazarla. Desde entonces, la mariposa vive en el campo y no en la
ciudad para que no la maten.
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